jueves, 29 de mayo de 2014

Oculto.

Vivimos aterrorizados por las críticas,
fingiendo que nos dan igual,
en el fondo sabemos que no es así,
pero no lo queremos mostrar,
pues seremos débiles
y ellos atacarán.
Caminas por la calle ocultando tus manos,
son tímidas como tú,
tienen complejos,
miedos,
sienten no encajar
y tú igual.
Escondes tu rostro,
utilizas tu máscara,
no sabes si saludar,
no sabes si te odia,
pero tu educación debes mostrar,
siempre quedar bien,
nunca dejarse insultar.
Caminas más rápido,
miras a los lados,
parece que no hay nadie
aún así la ansiedad no se deshace.
Te falta aire,
no sabes por qué,
quieres dar un golpe
y así calma tener.
Lágrimas empiezan a brotar,
te escapas,
huyes,
nadie puede verte llorar,
que nadie vea tus miedos,
que nadie encuentre tus celos.
Tanto dolor provocaron,
tantas heridas hicieron,
miles de momentos marcados
por las horas que pasaste llorando.
Ahora solo deseas morir,
y hasta a eso tienes miedo,
a pesar de no encontrar
razones para seguir viviendo.


viernes, 16 de mayo de 2014

Cigarros.

Cerré los ojos
intentando dejarme llevar,
cogí mi cajetilla de tabaco
y me puse a fumar.
El humo entró en mis pulmones,
el aire apartó el pelo de mi rostro,
nicotina en mi cuerpo,
problemas deshechos.
Aspiro por la nariz,
cierro los ojos,
no podría ser más feliz.
Irrumpes mi soledad,
saludas con timidez,
cruzo las piernas
y me saludas otra vez.
Te sientas a mi lado,
me voy de ti cansando,
fumo,
tú mientras mirando.
El viento nos golpea,
me miras de soslayo,
veo que tus comisuras
se elevan de vez en cuando.
Me acaricias la espalda,
dices que me quieres,
no lo esperaba.
Inspiro sin ganas,
besas mis labios,
sientes el tabaco.
Lo haces una vez más,
yo ya me he cansado,
tú quieres mi cariño
y yo sólo otro cigarro.


martes, 6 de mayo de 2014

6 días de esperanza.

Me dijeron seis días de vida,
no paré de llorar,
esperando un milagro,
un milagro que impidiese mi ida.
Me dijeron cuatro días respirando,
dejé de llorar,
agarré fuerte a mi familia
y los pasé a ciegas luchando.
Me aseguraron dos días más,
al Dios que nunca creí recé,
corrí hacia la segunda oportunidad
y por supuesto sin mirar atrás. 
Lo típico no os pienso decir,
que luchando se consiguen las cosas,
pues poco después yo morí,
y en mi tumba me dejaron rosas.
Lo que sí os puedo pedir,
es que nunca perder la esperanza debéis,
a veces lo conseguiréis,
otras igual no,
pero con fuerza ya veréis,
que con una sonrisa hasta el final viviréis.